Tuve una infancia con muchas cosas
-contadas e incontables-
pero sólo un vestido blanco y broderie...
Delicioso.
Entonces no lo supe
Mi vestido y yo éramos un bocado
bocadillo de inocencia.
Manjar exquisito echado a perder
*En la húmeda ingenuidad volcada
por cada ojo de esa tela hasta
hacerse desierta.
*En cada centímetro de pielpiernas
que no soportó más el mudo roce con el aire.
Fue dermis ermitaña.
*En la vergüenza en la culpa la tristeza
la ira hinchada al borde de explotar,
llamada crecimiento.
Desértica esta dermis
Creció y perdió el vestido...
Pero no la memoria de su frescura.
La memoria NO
HOY...
inventa una capa de noche clara
-Y estrellada-
Y hace brotar por mis poros
Más que retazos frescos naturales
de broderie que abriga con olor a verdes
vivos, húmedos y reales...
No sé si es verdeselva, no sé...
Habrá que esperar la luz...
Reverdecida esta piel no siente miedo
T a l v e z
... Sea tiempo de segundas inocencias.
—————